Guía de agallas
Las agallas son estructuras anormales de partes de los tejidos u órganos de las plantas que se desarrollan por la reacción específica a la presencia o actividad de un organismo inductor, frecuentemente un insecto o un hongo. Bajo la acción, ya sea nutricia, o bien por las necesidades reproductivas de este organismo, se produce una reacción de la planta que incluye básicamente el desarrollo anormal o patológico de sus células, tejidos u órganos. El organismo inductor utiliza la agalla como un medio de procurarse nutrición especializada y cobijo frente al medio ambiente y enemigos naturales. Aunque en la naturaleza existen gran variedad de estructuras anormales de las plantas que son producidas por diversos animales y plantas, para ser consideradas agallas, deben ser producidas activamente por las plantas como resultado de una actividad anormal de crecimiento.
El carácter fundamental de una agalla, que lo distingue de otras numerosas anormalidades que usualmente presentan las plantas, es que la reacción de la planta ante el ataque del organismo extraño incluye sin excepción fenómenos de hipertrofia (crecimiento anormal de las células) e hiperplaxia (multiplicación anormal de las células), asociados al proceso de crecimiento anormal.
Entre los insectos fitófagos los más cercanos al modo de vida gallícola son los insectos minadores de las hojas y los taladradores o barrenadores de tallos y madera, pero a diferencia de los insectos gallícolas se ven obligados a moverse a través de los tejidos de la planta para alimentarse activamente y su presencia no es causa de deformaciones tumorales. Los enrollamientos de las hojas producidos por algunos insectos como los lepidópteros tortrícidos pudieran confundirse con agallas ya que proporcionan a la larva cobijo y nutrición. Sin embargo dichas estructuras, a diferencia de las verdaderas agallas, no son el resultado de una actividad anormal de crecimiento de la planta inducida por el insecto. Muchos hongos inducen el crecimiento anormal de diferentes partes de las plantas con el motivo de extender por ella su micelio y tener más superficie en la que desarrollar sus esporangios.
Puede consultar 37 tipos de agallas.
Arthropoda
Arachnida
Ácaros
Se conocen más de 500 especies de ácaros que inducen la formación de agallas, la mayoría de los cuales pertenecen a la familia Eriophyidae. Forman agallas en plantas muy diversas, pero especialmente las de las familias salicáceas, fagáceas, rosáceas y aceráceas. Las agallas son muy variadas predominando las poco complejas en forma de pústula en las hojas; muchas consisten en simples invaginaciones del envés foliar densamente tapizadas de pelos denominadas erinosis.El ciclo de vida típico de estos ácaros comienza con un huevo al que sigue una fase de larva (similar al adulto) con varios estadíos, y estados ninfales (cada uno con órganos sexuales más desarrollados) que culminan en el adulto. Con frecuencia los machos son raros y la partenogénesis es común. Todos los estadíos ocurren en la agalla; a veces los adultos pasan el invierno en grietas u ocultos en las plantas.