Lepas anatifera (o cuando el mito amenaza con convertirse en realidad)

Descripción

Buenas tardes a todos/as.

Después de un largo tiempo sin haber encontrado momento para compartir alguna foto nueva con vosotros, hoy voy a romper esa sequía, subiendo una foto que es una genuina rareza por unos cuantos motivos (o al menos, eso me parece a mí), veréis:

En primer lugar, la foto ni siquiera es mía, sino que la hizo un compañero de trabajo, que amablemente me autorizó a que la publicase en su nombre. Y como no quiero atribuirme méritos ajenos, diré que mi compañero se llama Fernando Santaballa, y es natural de Ortigueira, en plena costa del cantábrico gallego.

El segundo motivo de extrañeza es el tema central que aparece en la foto: un pato de madera completamente recubierto en su parte inferior por una densa colonia de crustáceos cirrípedos de la especie Lepas anatifera, ya presente en nuestra web, y que, como seguro sabréis, acostumbran a crecer sobre objetos a flote que viajan a la deriva por los mares y océanos del mundo. El patito de madera reposa sobre una mesa de un bar, al aire libre, hasta donde sé muy próximo a la playa en donde apareció el patito. Hasta aquí, la rareza de imaginar de dónde pudo haber salido ese patito y cuánto tiempo llevaría navegando por el mar adelante hasta quedar varado, con todo su pasaje, en la Playa de O Picón, al pie mismo de los Acantilados de Loiba, que seguramente conoceréis porque justo al lado se halla el famoso "Banco más bonito del mundo".

El patito de marras claramente parece un reclamo de los que usan los cazadores de anátidas para atraer a los bandos a sus puestos de caza, ocultos entre los juncos, con lo que cabe fantasear sobre el periplo que debió seguir este patito rebelde, que se negó a atraer a la muerte a sus congéneres de carne y pluma, largándose con la corriente río abajo, más feliz y más chulo que un ocho.

Pero donde la historia de este patito orlado de cirrípedos se retuerce y confunde con la mitología zoológica es cuando reparamos en las explicaciones que nuestros antepasados dieron al hecho de ver que ciertas ramas de árboles que varaban en las playas estaban plagadas de "percebes de la madera" (nombre por el que también se conocen a estos cirrípedos, puesto que antes los únicos objetos sobre los que crecían eran de madera, que era el único material que flotaba en el mar).

Y es el caso que, puestos a darle vueltas a la cabeza, nuestros antepasados, aficionados a la zoología, pero aún más adictos a las explicaciones fantásticas, dedujeron que "esas cosas" que colgaban de las ramas que había traído la tempestad hasta la orilla, no eran animales marinos en modo alguno, sino que eran los frutos de un árbol ribereño que crecía en los márgenes de ciertos ríos y que, de vez en cuando, al romperse las ramas que sobrevolaban el cauce, acababan siendo arrastrados con ellas río abajo. Pero, a fin de que el delirio fuese más completito (y también buscando razones que dispensasen el consumo de ciertas carnes de palmípedas durante las vigilias, sobre la base de que no eran exactamente carne, sino frutos de árboles, esto es: vegetales), acabaron por concluir que, una vez que esos extraños frutos caían al agua, se transformaban... ¡en patos!.

Sin duda, el aspecto de las placas del capitulum de estos animales les recordaría vagamente al pico de un ánade, y de ahí tuvieron argumentos suficientes para elaborar tan fantástica historia. Ya habréis reparado en que el nombre de estos cirrípedos (Lepas anatifera) hace referencia, precisamente, a su mítico parentesco con los ánades.

Pues bien, ahora resulta que en la costa de Ortigueira ha aparecido un "eslabón perdido" que puede dar visos de verosimilitud a la fantástica historia de nuestros antepasados: hay una madre pato (de madera, obviamente) que ha sido "capturada" en el momento en que estaba efectuando la puesta de una densa masa de huevos de ánade.

Quizás no sea la foto más espectacular que haya visto en asturnatura, pero convendréis conmigo en que, aunque sólo sea para ilustrar tan fantástica historia, valía la pena compartirla, ¿verdad?. ;)

Muchas gracias, Fernando, compañero, por haberme cedido tu foto para publicarla y poder contar todo esto. Un fuerte abrazo. Y otro igual de fuerte a todos los demás amigos y amigas de asturnatura (¡gracias por vuestra paciencia!).

Hábitat:
A la deriva en el mar. Hallada de arribazón en la orilla de la playa.
Estado:
Sin amenazas.
Abundancia:
Una colonia entera.
Fenología:
Colonia de individuos adultos.
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Etiquetas

#invertebrados #naturaleza #fotografía Ezoicreport this ad

Datos de la fotografía

Autor: Marcos Fernández Iglesias

Equipo: Móvil de un modelo y marca desconocida.

Fecha de realización: 01/09/2017

Fecha de publicación: 24/09/2017

Visitas: 2348

Comentarios: 5

Localización

España, A Coruña, Ortigueira, ORTIGUEIRA, Playa de O Picón (43.74559,-7.74611)

Registro

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Comentarios

Jaja..., ¡genial! Vayamos ahora a por el monstruo del Lago Ness, que debe estar al caer...

Humberto Vidal

Humberto Vidal

24-09-2017

Simpática, curiosa e ilustrativa foto... Lástima no haberla tenido cuando explicaba ese caso, en la Generatio Aequivoca, a mi alumnada (no escribo alumnado para que no se me acuse de machismo). Saludos, neño.

Muchas gracias por vuestros comentarios. Lo más increíble de todo fue que ayer mismo, mirando por internet, encontré otra foto de otro pato similar (prácticamente idéntico), que había varado en la Praia do Rostro, muy cerca de Fisterra (A Coruña). Sé que no era el mismo porque esa foto era anterior y el pato estaba mucho más lleno de anatifas. ¡Al final va a ser verdad lo de que los patos crecen en los árboles...!

Ya que eso que le cuelga no son mejillones cebra, deduzco que debe llevar mucho tiempo en la mar salada, por lo menos desde antes de la gran invasión. Un saludo a todos.

Iñaki Rojo Legarra

Iñaki Rojo Legarra

09-10-2017

Pues seguro, Iñaki... Gracias por tu comentario. ¡Un abrazo!.

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