Berthellina edwardsii (1 de 3)

Descripción

A fin de complementar el material gráfico de esta especie en nuestra web, hoy subo unas fotos de un par de ejemplares de nudibranquios pertenecientes a la especie Berthellina edwardsii, que hallé el 3 de junio de 2017, buceando a unos 3 metros de profundidad en la zona de Punta Subrido, en aguas del noroeste de la Ría de Vigo. Tras haber consultado todas las fuentes bibliográficas a las que he podido acceder, creo que esta especie aún no ha sido citada para aguas gallegas, con lo que aprovecho para hacerlo yo, salvo que alguien me pueda indicar lo contrario, en cuyo caso estaré muy agradecido de que me rectifique. Además, el hecho de haber observado otro ejemplar similar en el mismo lugar que éstos de ahora, pero en el año 2015, y del que ya había subido fotos a nuestra web hace unos años, confirman la presencia de esta especie en aguas gallegas a lo largo del tiempo, y que el hallazgo de estos ejemplares de mis fotos de hoy no se puede considerar un hecho aislado.

Estos dos ejemplares de mis fotos de hoy se hallaban juntos y los encontré al levantar una piedra de buen tamaño que se apoyaba en otras muchas que formaban entre sí un intrincado dédalo de oquedades (en la literatura científica que he podido consultar ya se dice que se trata de una especie infralapidícola). La imagen izquierda de la foto 2 muestra a estos ejemplares en el lugar exacto de su hallazgo.

Con las prevenciones normales del caso, dado que son bien conocidos los problemas de diferenciación que existen entre Berthellina edwardsii y Berthella aurantiaca, yo me decanto claramente porque mis ejemplares (al igual que el otro anterior, antes referido, observado en el mismo lugar que éstos de ahora pero en el año 2015) pertenecen a la primera de las especies citadas, Berthellina edwardsii, y no a la segunda, Berthella aurantiaca, y ello a pesar de no haber llevado a cabo un estudio radular, que se suele dar como el criterio diagnóstico definitivo para deslindar ambas especies, así como el tamaño relativo de la concha (mucho menor en proporción en Berthellina edwardsii que en Berthella aurantiaca). Pero, como digo, aunque sea basándome en los restantes caracteres que se describen de una y otra especie, apenas puedo albergar duda alguna en cuanto a su determinación específica, puesto que mis ejemplares reúnen todas las características externas propias de su especie.

Como hecho muy relevante a destacar, constato que ambos ejemplares superan un poco los 8 centímetros de longitud total, al igual que el ejemplar de 2015 -observad la talla de uno de estos dos ejemplares en la imagen superior izquierda de la foto 3, hecha mientras reptaba sumergido en agua de mar, dentro de un recipiente de vidrio transparente que apoyé sobre una regla milimetrada, precisamente para dejar constancia de su tamaño-. En ambos casos (el de estos ejemplares de mis fotos de hoy, hallados en 2017, y el del ejemplar anterior, de 2015) los individuos superan claramente el máximo de 6 centímetros de longitud que he leído en todas partes que se da para esta especie, Berthellina edwardsii, pero aún resultan mucho mayores, todavía, que los 3 centímetros que se dan como talla máxima para Berthella aurantiaca.

El pie de estos animales se extiende de forma evidente más allá del borde del manto (y bajo él). Además, los ejemplares de mis fotos poseen unas 27-28 laminillas pectinadas a cada lado del eje central de la branquia plumosa y bipinnada, situada bajo el manto en posición medio/posterior, en el lado derecho del cuerpo. Este número de laminillas supera a la veintena de laminillas que se dan para Berthella edwardsii, pero mucho más, aún, a las entre 15 y 18 laminillas a cada lado del eje central de la branquia que se citan como máximo para Berthella aurantiaca (en la imagen superior izquierda de la foto 3 se puede observar el aspecto de la branquia de uno de estos dos ejemplares).

El mayor de los ejemplares que se ven en las fotos carece del rinóforo derecho. No obstante, en la imagen inferior izquierda de la foto 3 se puede apreciar el aspecto de los rinóforos del otro ejemplar en vista dorsal: los rinóforos son auriculados, como tubos claramente enrollados, y divergen desde su base el uno del otro en forma de letra V. Además, en la imagen inferior derecha de esa misma foto 3 (una vista ventral del extremo anterior de uno de los ejemplares) podemos observar que el borde frontal del pie tiene forma convexa, pero a los lados decrece en anchura en sentido proximal, de manera que en su conjunto adquiere forma troncocónica o trapezoidal, si se quiere, de anchura mayor por delante (distalmente) y menguando su tamaño proximalmente. En el borde de esa zona del pie hay un notable surco.

El color del cuerpo de estos animales es naranja rojizo muy intenso (un poco más claro el mayor de ellos, como se puede observar en las dos imágenes de la foto 2), aunque se decoloran enseguida en cautividad, adquiriendo tonalidades mucho más pálidas.

La pequeña concha no llega a distinguirse bajo el manto, manto que, por cierto, es un tanto translúcido, de tacto muy suave, y que parece ser extraordinariamente liso, aunque una visión más cercana permite descubrir que hay ciertas inapreciables rugosidades sobre él.

Según se refiere en la literatura científica, estos animales, que son hermafroditas aunque siempre se reproducen de forma cruzada -para asegurar que haya intercambio genético-, se alimentan de diversas especies de ascidias.

Espero que os hayan gustado estos animalillos.

Un saludo.

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