Atambo es una braña que, nos dice Iván Muñiz, ya se citaba como tal en el siglo IX, siendo entonces propiedad de un tal Gladila, obispo. Es una zona de muy extensas praderías, situadas bajo la sierra de Grandizu, y rodeadas de tupidos bosques que las van comiendo poco a poco. Quedan allí bastantes cabañas, unas en uso y otras en ruina, y, hasta hace pocos años, según el mismo autor, se conservó una de tejado vegetal, de la que, desgraciadamente, se carece de imágenes. Se llega desde Banduxu por el llamado "camín romano", que parece ser antiguo. De allí se puede salir, siguiendo el sendero principal que cruza Atambo de lado a lado, hacia Solasberas.