Castro de Viladonga
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Localización
Este conjunto arqueológico y museístico ocupa toda la cima de un monte desde el que se domina un amplio panorama sobre la Terra Chá lucense y las sierras de Monciro y Pradairo y la de Meira, y está situado en el ayuntamiento de Castro de Rei, provincia de Lugo, a 23 km. de la capital lucense. Se llega a él fácilmente, desde el km. 70 de la carretera N-640 (que une Lugo con Asturias por Vegadeo) y cuenta con un espacio de aparcamiento para vehículos y una pequeña área de descanso.El Castro consta de varios recintos de murallas y fosos (hasta cuatro por el lado Este), dos antecastros o áreas de expansión todavía sin excavar en extenso, y una gran corona central o acrópolis interior, que es donde se encuentran la mayoría de las construcciones descubiertas hasta ahora, articuladas a la vera de dos caminos que cruzan el Castro de Norte a Sur y de Este a Oeste y de una ronda interior paralela a la muralla principal, igual que existen otras zonas de paso o espacios para circular, que hoy se pueden usar (como la muralla) para hacer la visita al yacimiento. Las construcciones forman algunas veces conjuntos o unidades complejas (incluso con un patio interior); otras componen grupos de dos o tres viviendas, junto con una o con varias dependencias anejas a modo de alpendres o almacenes, áreas para trabajos domésticos y artesanales, cuadras o patios para animales, etc. En otras ocasiones se trata de construcciones completas pero aisladas, usadas como vivienda o como lugar de uso comunal o social. También hay restos de otras construcciones incompletas o de muros sueltos. Asimismo, se pueden ver otros elementos como hogares, pilas o surcos hechos en la roca natural, agujeros para hincar postes, etc. En el antecastro situado a la izquierda del camino de entrada a la acrópolis puede verse la boca de una cueva o galería excavada en la roca, posiblemente de prospección minera o acuífera.
Cronología
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Trabajos arqueológicos
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Entre 1978 y 1982 se produjo un intervalo en los trabajos en el Castro, hasta que en esta última fecha, ahora bajo la dirección de Felipe Arias Vilas, se iniciaba la segunda fase de excavaciones, que todavía perdura pues el yacimiento no está, ni mucho menos, agotado ni se puede dar por concluído el estudio e interpretación de sus estructuras y materiales. En esta segunda etapa, la atención a los trabajos en el Castro se conjuga con la potenciación de las actividades de su Museo monográfico.
Así, desde 1982 se realizó la continuación y ampliación, o profundización en algunos casos, de las áreas excavadas siguiendo los métodos sistemáticos y científicos pertinentes, tanto en el recinto o corona central como en otras zonas periféricas del Castro, con el descubrimiento de más estructuras de habitación, áreas de expansión (antecastros), murallas y fosos, caminos de acceso, etc., y, desde luego, con el hallazgo de más materiales arqueológicos de todo tipo.
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Entre los muchos objetos descubiertos destacan torques de oro y bronce así como otros adornos personales, armas y herramientas de piedra, bronce y hierro, numerosos apliques, broches, fíbulas y hebillas, unos tableros con sus fichas de juego, monedas de oro, plata y, sobre todo, de bronce (siempre romanas y en su mayoría tardías), dos pasarriendas y otros atalajes de caballería, vidrios, molinos de mano y por supuesto, una ingente cantidad de restos cerámicos, tanto de tradición castreña como de importación romana, y tanto de cocina como de mesa.
Así pues, las estructuras defensivas y de habitación y los materiales que contínuamente proporciona, evidencian para el Castro de Viladonga un asentamiento duradero e importante sobre todo entre los siglos II y V d.C., haciendo de él un sitio fundamental para conocer, estudiar y comprender la evolución del mundo de los castros en la etapa galaico-romana.
La cultura castreña y galaicorromana
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Aquella población vivía de la agricultura y del pastoreo (y del marisqueo y la pesca en las zonas costeras), conocía la metalurgia del bronce y del hierro y dominaba también las técnicas de la orfebrería del oro, se estructuraba en una sociedad basada en familias agrupadas en unidades más amplias ligadas al castro o castellum, y debió de tener una vida espiritual y ideológica muy activa. De todo esto quedaron abundantes restos materiales en todo el Noroeste, además de las informaciones de los escritores romanos coetáneos y posteriores (que hay que interpretar en su justa medida).
Es importante destacar que el mundo de los castros no desaparece por completo después de la conquista romana del N.O. por Augusto poco antes del cambio de Era, si bien sí acabaría provocando el final de la Cultura Castreña propiamente dicha. Es decir, muchos castros efectivamente se abandonan y sus gentes van a ocupar los valles y las zonas más llanas y abiertas, así como las ciudades y otros asentamientos de nueva planta, pero otros poblados castreños pervivieron durante la época romana, en ocasiones hasta tiempos tan tardíos como los siglos IV y V d.C., conservando características propias al tiempo que iban asimilando influencias foráneas, de carácter material y también ideológico. La amalgama de elementos castreños y de aportaciones romanas es lo que llamamos Cultura Galaico-romana, a la que pertenecen diversos tipos de yacimientos arqueológicos, y entre ellos castros como el de Viladonga.
Wikipedia
Fotografías de Castro de Viladonga
Dispones de 70 fotografías de Castro de Viladonga