Catedral de Cuenca
La catedral de Santa María y San Julián de Cuenca es el templo principal de la ciudad. Está ubicada en pleno corazón del casco antiguo, justo en la Plaza mayor de Cuenca. Fue la primera Catedral gótica construida en Castilla y una de las primeras de este estilo en todo el país. Su estilo está inspirado en algunas de las catedrales francesas más representativas de este género arquitectónico, como la Catedral de Notre Dame de París. A lo largo de su historia, como el resto de catedrales, sufrió numerosas reformas, algunas debido a inesperados accidentes; la noche del 1 de julio de 1837, un rayo causó un incendio que arrasó los pisos superiores, cayendo varias campanas; pero fue el 13 de abril de 1902 cuando pasará algo que determinaría en gran medida el cambio estético de la Catedral de Cuenca, ya que la Torre del Giraldo se derrumbó, llevándose por delante parte de la fachada y aplastando a varias personas que se encontraban allí en ese momento (la familia del campanero). La fachada cambió de forma y de estilo hasta dos veces antes de establecerse la que tiene actualmente, siendo el 28 de septiembre de 1910 cuando se puso la primera piedra de la actual.
El 23 de agosto de 1902 la Catedral de Cuenca fue declarada monumento nacional por la Real Academia de la Historia y Bellas Artes diciendo lo siguiente:Por la esplendidez de su traza y de sus adornos, por venir su origen de la época más curiosa y menos conocida de nuestra historia arquitectónica, es decir, de aquel tiempo en que aparece manifiesta e interesantísima la transición del estilo románico al ojival, por la particularísima disposición y ornato de aquel prodigioso triforio, que no tiene par, por ser, como las demás construcciones magnas de la Edad Media, lenta y constante su obra, con lo que es ejemplo y muestra de las evoluciones arquitectónicas de una serie de siglos, merece la Catedral de Cuenca la admiración de que es objeto desde que ha sido bien conocida por los críticos y artistas...
Historia
Aunque parece ser que los orígenes de la ciudad son romanos, serán los musulmanes quienes construyan una fortaleza a la que llamaron Conca. Será el 21 de septiembre de 1177, cuando Alfonso VIII conquista la ciudad para las armas cristianas y se constituya como sede episcopal en el año 1183.
El señor rey don Alfonso, fizo y ordenó que la mezquita que los moros avían, mandó a los obispos que la consagraran ... e puso por la suya mano de la Virgen María que a par de si traíba, e pasó e trasladó los obispados de Valeria y Arcas e puso la silla en la su ciudad de Cuenca.
La esposa de Alfonso VIII, es Leonor de Aquitania y Plantagenet, hija del rey de Inglaterra, hermana de Ricardo Corazón de León y además condesa de Gascuña. Con ella vienen caballeros normandos que serán los que ejercerán su influencia sobre la fabrica de la catedral, de ahí su aire nórdico que anteriormente hemos citado y que es lo que mayormente llama la atención, alejado del típico gótico de la Castilla medieval.
En el momento de comenzarse a construir la catedral, el estilo imperante en los reinos cristianos era todavía el románico, por lo que no nos debe extrañar que fueran los extranjeros de la corte del rey Alfonso VIII quienes introdujeran los aires góticos en nuestra catedral, ya que este era el nuevo orden imperante en la Europa allende los Pirineos. La catedral fue consagrada por San Julián, segundo obispo de Cuenca, en el año 1196 cuando la misma todavía se encontraba en sus inicios.
La Catedral fue comenzada por canteros galos entre los años 1182 y 1189 (siglo XII) continuando las obras durante todo el siglo XIII. La Catedral con toda seguridad se construyó sobre la antigua mezquita árabe de la ciudad.
Se considera como la primera catedral gótica realizada en Castilla, siendo consagrada definitivamente bajo la advocación de Santa María en el año 1208 por el obispo Rodrigo Ximénez de Rada. No obstante, la construcción de la catedral comienza en los finales del románico, por lo que es natural que en la catedral encontremos resistencias románicas frente a las novedades góticas del momento.
La planta inicial de la catedral estaba formada por tres naves; a la altura del crucero se transformaba en cinco naves y continuaba formando cinco ábsides, siguiendo las trazas del románico imperante. En el siglo XV los cinco ábsides fueron sustituidos por una doble girola para aprovechar el desarrollo de las cinco naves de que disponía la catedral. Su nueva planta quedaría formada por una planta de cruz latina, tres naves, doble girola y un profundo presbiterio. El crucero está cubierto por una gran bóveda central de influencia anglonormanda. Las capillas de las naves laterales fueron construidas en su mayor parte en el siglo XVI en estilo gótico. Su exterior se renovó casi por completo en el siglo XVI y en el siglo XVII se construyó la capilla del Sagrario. Durante el siglo XVIII se reformó tanto la fachada como las torres, dándole al edificio un aspecto barroco. Esta reforma afectó a la fachada principal que había sido mandada construir por el rey Fernando III y que disponía de dos torres góticas gemelas. Las torres de la fachada junto con otras dos torres que tenía la catedral desaparecieron durante un incendio, lo que dio motivo a nueva reforma, que fue llevada en el año 1720 por Juan Pérez y nuevamente reconstruida en 1723 bajo la dirección de Luis de Arteaga. Ya en el siglo XX y como consecuencia de los daños sufridos por la fachada, al hundirse la torre de las campanas en 1902 por la caída de un rayo, se procedió a su reconstrucción en el año 1910, en lo que es su aspecto actual, una fachada de estilo neogótico obra de Vicente Lampérez. Su aspecto actual confirma sin ningún genero de duda que la misma quedó inconclusa.En la parte mas alta encontramos una imagen de San Julián que curiosamente es la única imagen que existe en toda la fachada.
Características
Lo más destacado del edificio es que pertenece a un planteamiento muy inicial de la arquitectura gótica, estrechamente relacionado con el arte anglonormando y franconormando del siglo XII francés, como las catedrales de Soissons, Laon y Paris.
Se empieza la construcción el siglo XII con una cabecera más bien románica, con cinco ábsides escalonados, transepto y tres naves en el cuerpo principal. Las obras continúan en el siglo XIII, en estilo gótico, cuando se construye el triforio, con ventanales moldurados y decorados con estatuas de ángeles y un óculo superior. Las bóvedas son de crucería sexpartita. En el siglo XV se reconstruyó la cabecera para abrir una doble girola de bellísima factura.
Existió un primitivo claustro gótico de finales del siglo XII o principios del XIII. En el siglo XVI el obispo Quiroga mandó al arquitecto renacentista Juan de Herrera que realizase las trazas de un nuevo claustro (1.575 o 1.576), en las que intervinieron autores como Andrés de Vandelvira, Juan Andrea Rodi y García de Alvarado. En el siglo XVIII se reformó por parte del maestro de obras de la Catedral, José Martín de Aldehueladurante (años 1.764 al 1.766).
En cuanto al interior hay que señalar que en el siglo XVIII el cabildo de la catedral reclamó los servicios del arquitecto Ventura Rodríguez (1717-1785) para levantar un Transparente (ventana de cristales que ilumina y adorna el fondo de un altar) que rivalizara con el levantado por Narciso Tomé en la catedral de Toledo. Rodríguez lo situó en un ambulatorio gótico, de forma que resplandeciera gracias a la iluminación posterior e indirecta, por cuyo medio se consiguen unos espectaculares efectos.
También del siglo XVIII es el nuevo altar mayor, cuyas esculturas del retablo se deben al trabajo de Pasquale Bocciardo (1719-1790). A principios del siglo XX, debido al derrumbe de la torre del Giraldo, de la fachada y de parte de la crucería, siguiendo referencias antiguas, se reconstruyó la fachada. Esta es obra neogótica de Vicente Lampérez (1861-1923), que se inspira en la fachada de la catedral de Reims. El proyecto de Vicente Lampérez era levantar dos altas agujas gemelas y completar los óculos ojivales del frente en el mismo estilo que las interiores. Sin embargo, debido a la oposición de varios arquitectos respecto a los peligros de introducir elementos extraños a los originales, estas obras no llegaron a terminarse puesto que, tras las primeras alzadas, quedaron suspendidas sin que se terminaran las torres laterales. No obstante, permanecen los planes de concluir la catedral una vez se llegue a un criterio arquitectónico integral.Las últimas intervenciones, hasta el momento, han sido completar las vidrieras desaparecidas con vitrales abstractos a inspiración de las ventanas abstractas instaladas en la catedral de Colonia en Alemania, según diseños de los artistas Gustavo Torner, Bonifacio Alfonso, Gerardo Rueda y Henri Dechanet, maestro cristalero; y más recientemente la restauración integral del claustro del siglo XVI. Dentro del claustro se encuentra el reloj del siglo XVI (1535 aproximadamente) que cuenta con fase lunar, calendario juliano y un mecanismo que hacía sonar cinco campanas.
En 1990, el Cabildo y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha sacaron a concurso la decoración de las vidrieras, proponiendo que fueran artistas conquenses quienes realizaran el trabajo. El resultado es el que ve, una comunión entre arte abstracto y arquitectura gótica y renacentista, que casan perfectamente. Las vidrieras de la nave central y del lado de la capilla de san Julián son de Gustavo Torner. El rosetón de la fachada principal es diseño de Gerardo Rueda. La única variante es la vidriera que culmina el lado izquierdo del crucero. Fue obra de Giraldo de Olanda realizada en 1550 y representa el Árbol de Jessé.
El interior
Capilla del Pilar
Es la más nueva de las capillas. En su decoración se aprecia el ensalzamiento de barroco más tardío como es el rococó. Fue mandada construir en 1769 por el canónigo D. Diego de Luiando Zárate y Murga. El arquitecto que ejecutó las trazas fue José Martín de Aldehuela. El retablo es de madera policromada. La hornacina central alberga una copia de la imagen de la Virgen del Pilar de Zaragoza. Otro aspecto interesante de esta capilla es la cúpula, abierta con un lucernario que ilumina el altar. La pintura que decora la bóveda representa la Coronación de la Virgen. Los medallones laterales, próximos al altar tienen a la Natividad de María santísima, y a la Asunción. En los del centro están: la Aparición de la Virgen al apóstol Santiago, y el Milagro de Ntra. Sra. con el joven de Calanda. Y en los más cercanos a la puerta, aparecen: la Virgen dando la Palma a San Julián; y a la Virgen imponiendo la casulla a san Ildefonso.
Capilla de los apóstoles
El fundador de la capilla fue el Chantre D. García de Villarreal, quien consiguió el permiso para su fábrica en 1528. Los arquitectos fueron Antonio Flórez y Juan de Albiz, maestros conquenses de gran prestigio. El gótico se asoma tan sólo en la bóveda de crucería. Las columnas adosadas a los muros siguen íneas renacentistas; es decir, explosión de decoración alegórica, salpicada de grutescos, cabezas de niños, monstruos y motivos vegetales. Los tondos acogen el escudo del fundador. El retablo central es plateresco. De impecable traza y diseño, está dividido en 2 cuerpos armoniosamente dispuestos. En la predela, se encuentra la escena de la Piedad. Encima, vemos La resurrección de Jesús; más arriba, la Ascensión; y corona la composición, El Padre eterno bendiciendo. En el remate, hay un Crucificado. Las 12 tablas de los lados, representan a los 12 apóstoles. Sobre ellas están, san Julián pontifical con san Lorenzo a la izquierda-; y san Nicolás de Bari, a la derecha. En el muro frontero, hay otros 2 altares: el más cercano al de los apóstoles es el de la Virgen de la salud; con una preciosa talla de la Virgen con el Niño. Las pinturas de los santos que la flanquean, son obra del conquense Andrés de Vargas del siglo XVII. El altar de la Magdalena alberga a la titular. Y, corona el retablo el Martirio de santa Catalina, obra de José Martín de Aldehuela.
Capilla de san Antolín o de los Cabrera
Conocida de ambas maneras por sendos motivos: uno, el de albergar el retablo del santo; y el otro, por estar patrocinada por la familia Cabrera en 1507 cuyo escudo puede contemplarse en la pila de agua bendita de esta capilla. La bóveda de crucería propia del gótico, nos indican que es una de las más antiguas capillas de la catedral, en torno al siglo XIV. El retablo central acoge la talla policromada de San Andrés. En el muro de la derecha está el retablo de san Juan Bautista. El lienzo es obra de Cristóbal García Salmerón, pintor de Cuenca del siglo XVII. En el muro de la izquierda, se encuentran los retablos de san Antolín y de san Juan Evangelista. La tabla central de san Antolín, es una deliciosa obra de fines del XIV. La del Evangelista, coetánea de la anterior, nos presenta al titular en serena actitud.
La pila bautismal
La catedral, no solo guarda obras artísticas de gran valor. Su primera finalidad es religiosa. Aquí se encuentra la cátedra del obispo desde la que imparte su magisterio a los fieles. Varias de las capillas son temáticas; es decir, simbolizan episodios importantes de la vida cristiana. Tal es el caso de esta capilla, la cual está dedicada al primer acto sacramental de la Iglesia. El bautismo borra el pecado original y da inicio a la vida cristiana. La pila bautismal que hay en el centro indica su función. Es plateresca del siglo XVI y tiene relieves decorativos en su base. El hecho de tener una capilla bautismal, proporciona a la catedral, el apelativo de Santa Iglesia catedral. No todas las catedrales disponen de baptisterio, por lo que no todas son iglesia catedral.
Capilla del obispo o de San Julián
A comienzos del siglo XVII, el obispo Pacheco solicitó al cabildo la utilización de la antigua capilla de la Pila como capilla privada para decir Misa. El cabildo se lo concedió, por lo que pasó a llamarse así. Un tiempo atrás, el cabildo había decidido hacer una capilla dedicada al patrón de la ciudad. Ésta fue la capilla elegida para tal fin. El retablo central muestra en bajorrelieve escenas de la vida del santo. A san Julián se le presenta haciendo cestillos, que luego vendía para con lo que sacaba- dárselo a los pobres. Además, admire la magnífica colección de relicarios del siglo XVII -con reliquias auténticas-, situados en las paredes laterales.
El coro
El coro se encuentra situado en medio de la nave central como espacio destinado al canto de las Horas Litúrgicas del obispo y el cabildo. Hubo un coro primigenio emplazado en el presbiterio. Pero a finales del siglo XVI se cambió aquí y posteriormente se vendió a la parroquia de Belmonte. Pedro de Saceda fue el autor de la sillería nueva, que la construyó en el siglo XVIII en tiempos del Obispo Florez Osorio. Los sitiales se cuentan en número de 47, incluido el del obispo. Tallado en madera de nogal, el graderío bajo es sencillo en su decoración. Los respaldos del alto, se engalanan con relieves de santos, realizados por el escultor Manuel Gassó. La silla episcopal tiene tallada en su respaldo la imagen del Salvador. Sobre el entablamento vemos el escudo del obispo Don José Flórez Osorio. Sujetándolo, están la Templanza y la Justicia; virtudes asociadas a la labor pastoral del obispo. Remata la composición la imagen de Nuestra Señora en alabastro, ejecutada por Giraldo del Flugo en 1578. El facistol que vemos en el centro sirve para sujetar los grandes libros corales. Destaca en él, el remate acabado en 6 águilas reales que envuelven un jarrón de azucenas, distintivo de la catedral y símbolo de María.
Los órganos
El coro está flanqueado por 2 impresionantes órganos realizados en el siglo XVIII. Los órganos no sólo acompañan musicalmente en los actos litúrgicos; sino que además son un elemento decorativo que ensalza aún más su función y, por ende, el lugar que ocupan. En 1767 hubo un incendio fortuito que destruyó parte de la sillería y uno de los órganos. El otro quedó seriamente dañado en su caja. Por lo que se pidió a José Martín de Aldehuela la reconstrucción de ambas cajas. Él realizó una arquitectura neoclásica, depurada y majestuosa. El maestro organero Julián de la Orden, natural de Barchín del Hoyo, Cuenca, se encargó de la maquinaria.
Las rejas del coro y el Altar Mayor
El frente principal del coro se cierra con una espléndida reja. Su constructor fue el afamado rejero conquense, Hernando de Arenas, que la hizo entre 1547 y 1557. Dividida en 2 cuerpos, tiene como remate una espectacular crestería con profusión de elementos repetidos en la rejería de las capillas laterales; tales como sirenas, cornucopias, y niños. Además incorpora peces, aves y unos candelabros de finísima ejecución. El medallón central, acoge el escudo de armas del fundador, don Diego Ramírez de Villaescusa. Girándose hacia atrás, puede contemplar la reja de la Capilla Mayor que destaca por su grandiosidad. Juan Francés la hizo entre 1511 y 1517. Consta de 2 cuerpos divididos por una faja calada, en cuyo medallón central destaca una gran copa llameante. La flanquea un cortejo de niños que sostienen guirnaldas. El siguiente friso tiene a más niños, jarrones, pájaros, y motivos vegetales. El montante que cierra esta rejería presenta un conjunto de candelabros, alrededor de los cuales se repite el desfile anterior. Remata su vértice un Crucificado, y a los lados, la virgen y San Juan; es decir, El Calvario. Estas 2 rejas presentan elementos e iconografía comunes. La utilización de aves volando libres, simboliza el regalo de Cristo a los hombres: con su muerte y resurrección nos liberó del pecado. Las rejas laterales que cierran la Capilla Mayor fueron realizadas por el rejero Rafael Amezua.
Los púlpitos
Los púlpitos son los lugares desde donde se predica la palabra de Dios. Siempre están colocados a una altura mayor; y cuentan, además, con unos tornavoces que expanden la voz. Los púlpitos de esta catedral están realizados en mármol encarnado. El de la derecha el lado de la epístola- se decora en su frente con las imágenes en bronce de los santos: Pedro, Pablo, Judas y Santiago el Menor. La alegoría que remata el tornavoz es la Fe. El púlpito de la izquierda el lado del evangelio-, tiene en las hornacinas de su frente a los 4 evangelistas. La Elocuencia, es la alegoría que corona su tornavoz. El conjunto fue hecho en el siglo XVIII. La decoración de los tornavoces y de las alegorías fue obra de Martín de Aldehuela.
La Capilla Mayor
Es el lugar de la celebración eucarística. La Capilla Mayor ha sufrido varias reformas desde sus inicios. Las más importantes fueron: en el siglo XV, al construir la doble girola; la del XVII, al trasladar el coro a la nave central; y la del XVIII, con la construcción del nuevo retablo que albergase el cuerpo de San Julián. La composición de la actual es obra de Ventura Rodríguez, Maestro de las obras del rey Fernando VI. El proyecto incluía la creación de un transparente que iluminase el trasaltar al que estaba adosado el altar de san Julián. El retablo presenta un carácter monumental aunque sólo tenga un cuerpo central que se sujeta con 4 columnas de orden corintio. La escena central en altorrelieve- muestra la Natividad de Nuestra Señora. A ambos lados, la acompañan sendas figuras de san Joaquín y santa Ana. Dos ángeles hacen de nexo de unión con el tímpano; y otros dos, lo coronan sujetando el jarrón de azucenas. Este conjunto escultórico es obra del italiano Bociardi, labrado en mármol de Carrara. El resto del retablo procede de canteras conquenses. A los lados del retablo hay escenas marianas. Los tondos superiores muestran a los evangelistas. Esta serie fue ejecutada por Pedro Ravaglio y Juan Bautista Cremona. Sigamos la explicación ante la capilla de San Martín adosada al muro derecho de la nave lateral.
Capilla de San Martín
Es, quizás, la capilla más pequeña de todas; pero su ornato es bello y equilibrado. El retablo que la preside guarda en su cuerpo central al titular desgajando su capa para dársela a un pobre. La reja que la guarda, obra de Hernando Arenas, repite la escena alusiva a San Martín y su manto.
Sepulcro de los Montemayor
Su emplazamiento original fue la desaparecida Iglesia de santa María de Gracia, antigua sinagoga. El arcosolio que los cobija es gótico, con un elegante arco de medio punto y bellos adornos. Los sepulcros en alabastro pertenecen: el de arriba a Juan Alfonso de Montemayor el Viejo; y el inferior a Juan Alfonso de Montemayor el Mozo. El 1º -situado en la urna superior-, se presenta con la espada sobre el cuerpo. El Mozo, tiene las manos unidas en actitud orante. La ejecución en el tratamiento de los pliegues y del rostro, confiere a estas estatuas góticos un gran realismo. El frontal se adorna con 4 paneles de hojas de cardo que flanquean el escudo de la familia. A la izquierda de este sepulcro se encuentra el Altar de santa María del Alba, ante el cual se celebraba desde el siglo XIV, la misa del Alba, la 1ª de todos los días. La bella imagen de la titular -de piedra policromada- es del siglo XV; el resto del retablo incluidas las tallas de las santas Lucía y Apolonia- es obra de Martín de Aldehuela.
Retablo de san Fabián y san Sebastián
Este retablo está adosado a uno de los pilares que forman la girola. Su autor fue Diego de Tiedra, un fantástico imaginero del siglo XVI que tuvo relación con Alfonso de Berruguete del que aprendió su técnica y el tratamiento compositivo. El retablo tiene 2 cuerpos. En el principal se encuentran las imágenes de los titulares; mientras que en el superior está el Padre Eterno sujetando la Cruz de su hijo. San Fabián está revestido con los atributos episcopales y en su mano izquierda, ase el báculo. San Sebastián, se representa con la iconografía clásica de su muerte; es decir, asaeteado. En el banco del retablo hay unos relieves que cuentan la Vida de María y martirio. Fíjese también en los bajorrelieves de la siguiente calle, a ambos lados de la hornacina central. Tienen estos unas interesantes escenas: a la izquierda, un eremita en actitud orante; y a la derecha, el Martirio de San Acacio y compañeros que fueron crucificados.
Capilla vieja de san Julián
Aquí estuvo guardada la urna del santo desde 1516 hasta la construcción de su capilla definitiva en el trasaltar. Antes había estado colocada en el pilar donde ahora está el púlpito del lado de la epístola. El interior de la capilla acoge un retablo barroco dedicado al santo. La fachada está dividida en 2 cuerpos. Esta monumental reja parece que tiene 2 autores. El de la parte inferior, está atribuida a Juan de Marquina, realizada en el primer tercio del siglo XVI. La espléndida parte superior -con sus preciosos círculos secantes tan característicos de toda la rejería de la catedral y de Cuenca- parece ser de Alonso Beltrán hecha a mediados de la misma centuria. Otros estudiosos la atribuyen a Limosín.
Capilla de Ntra. Sra. del Sagrario
Ésta es una de las más nobles y ricas capillas de la catedral. Toda ella está construida en mármol de la serranía de Cuenca. El obispo don Enrique Pimentel la mandó construir en 1629. Arquitectónicamente sigue el estilo herreriano marcado por el padre Alberto de la Madre de Dios, arquitecto de la obra. El Altar Mayor está dedicado a la Virgen del Sagrario, cuya imagen preside la estancia. Esta imagen acompañaba a Alfonso VIII en todas las batallas, colocada en el arzón de la silla de montar del rey. Cuando reconquistó Cuenca la donó a la ciudad, erigiéndose patrona de la misma. Se trata, por tanto, de una talla del siglo XII. Originalmente era una imagen sedente de muy reducidas dimensiones y recubierta de láminas de plata repujadas. Pero con el cambio de ubicación, la transformaron para ser una imagen de vestir. El retablo de la izquierda está dedicado al Nacimiento de la Virgen; el de la derecha, a san Julián. Ambos guardan además un conjunto de relicarios. Durante la edad media, las reliquias de los santos eran consideradas protectoras de los templos. Es por ello, que Iglesias y catedrales conserven gran cantidad de estos vestigios. Los 3 retablos son renacentistas, y las pinturas son de Andrés de Vargas. Del mismo pintor corresponden los frescos de la bóveda y la cúpula, que se viste con un cortejo de ángeles músicos. Las pinturas de los medallones representan escenas de la vida de la Virgen.
Sacristía Mayor
Lo primero, y más llamativo que nos topamos al aproximarnos es la portada gótico-isabelina. La hornacina central acoge la Asunción de la Virgen. Flanquean la puerta san Pedro y san Pablo. Este admirable conjunto de tallas policromadas, es posterior a la construcción de la portada datada en el 1509-. La Sacristía es el lugar donde se guardan las vestiduras y vasos sagrados para el culto; y donde los sacerdotes se revisten para las acciones litúrgicas. Es por ello, que la sala tiene grandes armarios en todos sus lados y sendos espejos en su frente. Fue construida siendo obispo don Rafael Galeote, a quien se debe también la Sala Capitular. Suyos son los escudos de armas que decoran los rosetones de la bóveda de crucería, así como los de la fachada. El retablo que preside esta estancia tiene una incrustación barroca en su parte central de primeros del siglo XVIII. El resto es obra de mediados de la misma centuria. En la hornacina central destaca sobremanera, una Dolorosa de gran expresividad y belleza. Su autor fue el insigne escultor del siglo XVII, Pedro de Mena. En el cuerpo superior, otra preciosa imagen policromada de la Virgen con el niño del siglo XVII. Los lienzos laterales de Atanasio Bocanegra representan a los doctores de la Iglesia occidental. La mesa central es toda marmórea de una sola pieza, ejecutada por Blas de Rentería en 1758.
Portada de la Sala Capitular
De nuevo nos hallamos ante una espectacular portada renacentista. El basamento muestra sendos leones alados. Encima, en los intercolumnios aparecen las 4 virtudes cardinales con sus atributos respectivos. La escena del tímpano presenta la Adoración de los pastores. Y se completa con las 3 virtudes teologales. Los portones de nogal también están labrados. Las figuras centrales son de izquierda a derecha-: san Juan Bautista, san Pedro, san Pablo y san Juan Evangelista. Los medallones superiores acogen -el de la izquierda- la Adoración de los Magos, y -el de la derecha- la Transfiguración en el monte Tabor.
Interior de la Sala Capitular
Aquí se reúne el cabildo para tratar los distintos temas relativos a la catedral. Lo más llamativo de esta sala es su artesonado construido en 1512. Muestra 26 grandes casetones octogonales acompañados de otros más pequeños con diversas geometrías. En el siglo XVIII se procedió a pintarlo en estos colores que no dejan impasible a nadie. Las paredes se cubren con un gran apostolado, pintado por Cristóbal García Salmerón; a excepción del Salvador y San Matías, factura de Pedro Páez. Diríjase ahora a la Capilla del Transparente o de san Julián, situada en el trasaltar.
Capilla del Transparente
Como ya hemos venido comentando, san Julián tuvo varios acomodos antes de llegar a éste, el definitivo; y por ende, el más regio de todos. Fue el obispo don Alonso Antonio de San Martín quien ya dejara escrito en 1693, la construcción de una capilla adosada al trasaltar para que acogiera la urna del santo; la cual, debía ser vista también desde el Altar Mayor. Pero no fue hasta 1753, cuando se procedió a ello según diseño del arquitecto Ventura Rodríguez. Responde su arquitectura a un neoclasicismo depurado y elegante. El cuerpo central acoge la escena de la Virgen entregando la palma al santo. A la izquierda, aparece el santo tejiendo un cesto de mimbre junto a san Lesmes; y, a la derecha, su bautismo. Coronan este retablo las 3 virtudes teologales. El rosetón inferior acoge el transparente -que alberga la urna- y que se comunica con el Altar Mayor.
Capilla Honda
Recibe este nombre por estar originariamente su piso varios metros por debajo. Para que se haga una idea, este suelo está alzado unos 4 metros. Sobrecoge por ello, el tamaño del artesonado similar al de la Sala Capitular pero sin pintar- pareciendo que la sala se va encogiendo poco a poco. Ésta es la primera capilla consagrada tras la victoria de Alfonso VIII. Del siglo XII, se conservan aún las puertas mudéjares del acceso exterior de la capilla- de talla excepcional- y que se encuentran en el Museo Diocesano. La capilla está dedicada al Sagrado Corazón de Jesús, cuya imagen preside el retablo mayor. El cabildo se reúne aquí para la misa de coro.
Capilla del Socorro
Tiene en su frente un retablo dedicado a la titular de la capilla. A la derecha, está el de San Antonio de Pádua; y a la izquierda el de Santa María y todos los santos. Éste último, de arquitectura gótica, guarda en 9 hornacinas a la Virgen con el niño, rodeada de varios santos colocados en grupos de 2. La talla delicada y armoniosa, es originaria del siglo XV. Pasamos ante el Altar de la quinta Angustia y la capilla de la Asunción, panteón de la familia Lasso, que tiene 2 preciosas esculturas de la Fe y la Eternidad, hechas por Mariano Benlliure en el siglo XX.
Capilla de Santiago
Su fundador fue el obispo del siglo XIV, don Álvaro Martínez; hombre importante en la corte de Juan I. El retablo central, de claro estilo plateresco, está presidido por un Santiago ecuestre combatiendo. El banco tiene en los medallones centrales, las caras de san Pedro y san pablo. El resto de la decoración arquitectónica redunda en el motivo de caras y ángeles. En el tímpano hay un Crucificado; y en el remate, la Cruz de la orden santiaguista. La pa red frontera acoge 2 arcosolios sepulcrales de magnífica factura. El primero, y más cercano al retablo es el del fundador de la capilla. La estatua yacente de don Álvaro, está revestida con sus ornamentos episcopales resueltos con gran maestría. El frontal se adorna con 2 figuras en una capilla gótica. El segundo sepulcro pertenece a un caballero santiaguista que viste hábito de la orden, y sujeta una espada. A sus pies, encogido descansa un perro, que no tiene cabeza. El frontal tiene varias escenas del cortejo fúnebre.En ambas lápidas se repiten las cabezas de leones que hacen las veces de pedestal. De autor anónimo, fueron construidas en torno a 1400.
Capilla de Covarrubias
Llamada así por ser fundada por el canónigo don Sebastián de Covarrubias; hombre insigne, humanista y escritor del Tesoro de la lengua castellana. Las obras comenzaron en 1612 siendo Alejandro Scala su constructor. La portada es de estilo renacentista, sobria y elegante. El retablo interior cobija un bello lienzo de Cristo a la columna. Es costumbre que, todos los viernes de cuaresma, los canónigos se acerquen en procesión desde la capilla Honda, a cantar el Miserere, después de la tercia; tal y como dispuso, el fundador. El Miserere mei, Deus, es el canto de la reconciliación y el perdón de los pecados. Jesucristo con su muerte redime los pecados del hombre.
Capilla de los Caballeros
Esta capilla no sólo es la de mayores proporciones, sino también la más importante por los tesoros que alberga. La fundación se debe a la noble familia de don García Álvarez de Albornoz allá por el siglo XIII. Su hijo, el cardenal don Gil fue uno de los conquenses más ilustres en la historia de España. En 1520 sufrió una restauración financiada por el canónigo don Gómez Carrillo de Albornoz, cuyo resultado es el que hoy contemplamos: una capilla de estilo eminentemente renacentista. Hernando Yánez de Almedina es el pintor de las tablas que presiden los 3 retablos principales. Empezando por el situado junto a la portada principal de la capilla, en el muro izquierdo vemos: la Piedad; la Adoración de los reyes; y, por último, en el altar Mayor, la Crucifixión del señor. En los 3, se advierten las claras influencias de Rafael y los cuatrocentistas italianos. Fueron pintados hacia 1530. Junto a los sepulcros se distingue una Virgen de la Antigua, de enormes dimensiones. Esta delicada composición es buena copia -realizada en el siglo XVII- de la de la catedral de Sevilla. También próximo a ésta, hay un retrato del cardenal Gil de Albornoz.
Los sepulcros de los Albornoz
Bajo sendos arcos conopiales, se presentan los sepulcros del fundador don García y de su hijo don Alvar. Ambas estatuas yacentes van vestidas con sus armaduras distintivas de su hidalguía. Están labradas en alabastro, con ricos adornos de magnífica labor, realizados durante la reforma del siglo XVI. Los frontales muestran en relieve, 2 niños que sujetan una orla con el escudo de la familia Albornoz. Frente a ellos, se encuentra el sepulcro del obispo Palafox fallecido a primeros del siglo XIX. Está realizado en mármol rojo, y tiene los escudos del titular. A los pies del retablo de la Adoración de los reyes, se encuentra la tumba de doña Teresa de Luna, esposa de don García. La lápida negra que la cubre tiene dibujado en bajorrelieve la silueta de la dama. Encima se han colocado la cabeza y manos entrelazadas realizadas en alabastro. Este precioso sepulcro del siglo XIV es, sin duda, el más antiguo de todos los aquí enterrados.
Capilla Muñoz
Esta capilla presenta una preciosa fachada plateresca del siglo XVI con una portada polilobulada del gótico tardío. La parte plateresca es creación de Diego Tiedra en la que incluyó elementos fantásticos e imaginativos en toda la ornamentación. El arco de la ventana del comulgatorio está sostenido por unas cariátides; en cuyos entablamento se sientan: a la izquierda san Jerónimo; y a la derecha, el bautista. El dúo flanquea a la Virgen con el niño. A los lados de las cariátides, se yerguen, san Tobías y el arcángel san Rafael.
Arco de Jamete
Este impresionante arco renacentista da acceso al claustro. Se trata, sin duda, de la obra arquitectónica más grande del conjunto de la catedral; así como es uno de los más importantes monumentos religiosos de todo el renacimiento español. Esteban Jamete fue su autor. Las 2 columnas exentas descansan sobre unos pedestales decorados con unas ménsulas, desbordantes de figuritas y grutescos que le recomendamos contemple detenidamente-. A mitad de cada columna, hay unos medallones con el escudo de armas del obispo don Sebastián Ramírez. La decoración del arco presenta la Última Cena, en el centro Cristo sujetando la copa, rodeado por los 12 apóstoles. Sobre él, en las enjutas, asoman 2 heroínas del antiguo Testamento: a la izquierda, Judith; y a la derecha, Jale. Más arriba, en el friso del cornisamento, se sitúa en el centro una placa con el año de su conclusión: 1546. Finalmente, erguidas sobre las columnas, están las alegorías la Ley de Gracia (o nuevo testamento) a la izquierda-; y la Ley Escrita (o antiguo testamento), la de la derecha.
Altar de la Virgen de las Nieves
La construcción de este altar se debe a un episodio histórico ocurrido en 1492. Fue por entonces cuando una terrible peste llegó a la ciudad. El pueblo y la comunidad religiosa oraron a la Virgen de las Nieves, cuya intercesión propició la curación de la urbe. Por este motivo se le dedicó este altar. Cada año, en su festividad del 5 de agosto, se celebra una misa en su nombre a la que asisten las autoridades del ayuntamiento. Pasemos a comentar ahora, el retablo de los santos Mateo y Lorenzo. Lo encontrará un poco más adelante.
Retablo de san Mateo y san Lorenzo
No se podía obviar un altar a san Mateo, en cuya festividad se reconquistó la ciudad. El traslado sufrido con motivo de la construcción del coro en el siglo XVI, desde el crucero hasta su actual emplazamiento, ocasionó una terrible mutilación de su retablo, ejecutado -con profusión figurativa y adornos- por Jamete. La tabla central, espléndida, fue pintada por Martín Gómez el Viejo en torno a 1553. San Mateo se nos presenta con una pluma y un angelito le sostiene el plumero y el libro donde escribe su evangelio. San Lorenzo va vestido de diácono, y sujeta la parrilla de su martirio y la palma.
El triforio
Es una de las soluciones arquitectónicas más admiradas de toda la catedral. El triforio es una galería de comunicación en la parte alta de la nave central; la cual, y aquí está su originalidad, está resuelta a la manera normanda. Esto es, que las ventanas altas y el pasillo se funden en una sola galería. Su decoración interior es también digna de resaltar. Cada tramo está subdividido por 2 arcos trilobulados. La unión de ambos está presidida por un ángel que sujeta entre sus manos la representación de una virtud o un misterio religioso. Además, bajo su pie, aprisionado, hay una figura retorcida caracterizada como la contraposición de la virtud que el ángel sostiene.
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Glosario de términos
- Altar
- En el culto cristiano, especie de mesa consagrada donde el sacerdote celebra el sacrificio de la misa
- Altorrelieve
- Relieve que sobresale más de la mitad del bulto que sobresale del plano.
- Arco
- Elemento sustentante, que descarga los empujes, desviándolos lateralmente, y que está destinado a franquear un espacio por medio de un trayecto generalmente curvo.
- Arcosolio
- Arco que, a manera de nicho, alberga un sepulcro generalmente incrustado en la pared. Su uso aparece en la época imperial romana
- Armadura
- En arquitectura, cubierta de madera que cubre el techo
- Artesonado
- Techumbre, bóvedas o sistema de cubierta, formado por artesones o casetones.
- Bajorrelieve
- Relieve que sobresale del fondo menos de la mitad del bulto
- Banco
- Es la parte inferior del retablo el que se apoya el mismo. Si el banco lo forman dos pisos el inferior se llama sotobanco
- Baptisterio
- Edificio exento, generalmente de planta central, destinado al bautismo y generalmente próximo al templo
- Barroco
- Estilo artístico basado principalmente en el exceso de énfasis y abundancia de decoración, en contraposición al clasicismo renacentista. Se situa entre 1600 y 1750 y su nombre proviene de la palabra barrueco que significa perla irregular, ya que este estilo marcaba exageradamente las formas irregulares y onduladas
- Basa
- Pieza inferior de la columna que sirve de apoyo al resto
- Cabecera
- Testero de la iglesia o parte en que se halla el altar principal.
- Cabildo
- Órgano ejecutivo eclesiástico encargado del cuidado y gobierno de las iglesias mayores de la misma en sus aspectos litúrgicos y organizativos
- Calle
- Franja vertical del ábside formado entre columnas o contrafuertes
- Capilla
- Edificio contiguo a una iglesia o parte integrante de ella, con altar y advocación particular.
- Casetones
- Cada compartimento hueco y geométrico en que se divide la cubierta al cruzarse las vigas, formando una red. Son características del arte renacentista y suelen presentar un rosetón en el fondo
- Claustro
- Galeria cubierta alrededor de un patio generalmente cuadrangular y separada de él por columnas o arquerias. Suele estar adyacente a la iglesia y formando parte de un complejo mayor (catedral, monasterio etc.). Su etimologia procede de claustrum = cerrado.
- Cora
- Provincia de un reino musulmán
- Cornisa
- 1. Coronamiento compuesto de molduras, o cuerpo voladizo con molduras, que sirve de remate a otro. 2. Parte superior del cornisamento de un pedestal, edificio o habitación.
- Coro
- Parte de la iglesia donde se situan los monjes o sacerdotes para cantar el oficio divino. A lo largo de la historia de la arquitectura su ubicación dentro del templo ha sufrido diversas variaciones, si se sitúa en la nave central se aísla mediante un cerramiento
- Crucero
- Espacio en que se cruzan la nave central de una iglesia y la que la atraviesa.
- Enjuta
- Espacio que queda entre el arco y el dintel jpg
- Fresco
- Técnica pictórica que utiliza pigmentos disueltos en agua que se aplican sobre una superficie previamente cubierta de una capa de yeso. Seca muy rápido y apenas permite hacer rectificaciones, al contrario que el óleo
- Friso
- Faja decorativa de desarrollo horizontal y especificamente la parte entre el arquitrabe y la cornisa en los ordenes clásicos.
- Girola
- Pasillo que rodea por detrás el presbiterio o capilla mayor, prolongando las naves laterales. También se llama deambulatorio.
- Grutesco
- Decoración de animales fantásticos, vegetales, bichas, sabandijas, quimeras o humanos entrelazados. Es típica del arte renacentista
- Guirnalda
- Motivo decorativo de hojas, flores y frutos unidos por cintas, suspendidos en sus extremos describiendo una comba
- Hornacina
- Hueco coronado por un cuarto de esfera, generalmente practicado en un muro y destinado a recibir una estatua, jarrón, tumba u otro objeto decorativo.
- Icono
- 1. Representación religiosa de pincel o relieve, usada en las iglesias cristianas orientales. 2. Tabla pintada con técnica bizantina
- Imaginero
- Es el artesano pintor de imagenes
- Intercolumnio
- Espacio entre dos columnas
- Moldura
- Elemento corrido que se coloca sobre una superficie para decorarla y que se clasifica según su perfil, siendo normalmente de poca anchura.
- Nave
- Cada uno de los espacios en que se divide longitudinalmente una iglesia.
- Neoclasicismo
- Estilo artístico inspirado en las formas del arte clásico. Se desarrolló entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, es una reacción al recargamiento ornamental del barroco
- Pilar
- Pilastra exenta, suele tener más consistencia que la columna.
- Planta
- Plano de la sección horizontal de un edificio.
- Plateresco
- Estilo español de ornamentación empleado por los plateros del siglo XVI, aprovechando elementos de las arquitecturas clásica y ojival.
- Portada
- Puerta ornamentada o decorada.
- Predela
- Banco o banca de retablo, parte inferior horizontal de este
- Presbiterio
- Zona elevada del templo cristiano en torno al altar.
- Retablo
- Obra formada por un conjunto de tablas de escultura o pintura religiosa para ser colocada detrás de un altar. Se divide verticalmente en calles, la central más ancha se llama espiga, y horizontalmente en pisos, el inferior se llama predela. El retablo está protegido por el guardapolvo o polsera. La palabra procede del latin retaulus y este a su vez de retro (detras) y tabula (tabla).
- Sacra
- O sacro, relativo al carácter sagrado o con carácter sagrado
- Salmer
- La primera dóvela inmediata al arranque de un arco.
- Sepulcro
- Es la obra que se construye para dar sepultura a una persona, generalmente en piedra y elevada respecto del suelo
- Sirena
- Animal fabuloso con tronco y cabeza humana y cola de pez, normalmente representada dividida en dos partes. Simboliza la tentación y el engaño de la carne
- Sitial
- Asiento de ceremonia con brazos y un alto respaldo.
- Tondo
- Adorno decorativo circular donde se inserta una pintura, grabado, bajorrelieve etc. Similar a un medallón.
- Transepto
- Espacio transversal que aísla el ábside y el coro del espacio de la nave. Sobre él se eleva generalmente el centro arquitectónico o eje vertical mayor del conjunto, cubierto con bóveda y flanqueado de vanos.
- Triforio
- Galería que rodea el interior de una iglesia sobre los arcos de las naves y que suele tener ventanas de tres huecos.
- Tumba
- La tumba es una pequeña edificación o cámara para depositar a los difuntos, con muros, tejado y si se usa para más de un cuerpo, con puerta
- Vitral
- Vidriera de colores.