Pinturas rupestres de Albarracín

Pinturas rupestres de Albarracín

El descubrimiento de los abrigos con pinturas rupestres de los Toros del Navazo y de la Cocinilla del Obispo en los alrededores de Albarracín, cuyo hallazgo fue dado a conocer por E. Marconell en 1892, no sólo supuso la primera noticia sobre la aparición de un panel pintado con arte levantino en la Península Ibérica. Este yacimiento, junto con el de la Cueva de Altamira, fueron los dos primeros sitios arqueológicos de arte rupestre descubiertos en España; ante todo resultó el comienzo de un largo proceso de conocimiento, documentación, protección y difusión de esta manifestación artística que en los albores del tercer milenio, ha convertido a la Sierra de Albarracín en uno de los núcleos de arte rupestre más singulares e importantes de Aragón, convirtiéndose en un referente clásico y obligado en todas las obras de carácter científico o de divulgación que se han publicado en los últimos cien años. A partir del primer trabajo científico sobre estos primeros abrigos con arte levantino, publicado por Juan Cabré y el Abate Breuil en 1910, se sucederán de forma continuada los descubrimientos y posteriores estudios.

En 1927 se publica por Breuil y Obermaier el descubrimiento del núcleo rupestre de Tormón. En 1949 Martín Almagro da a conocer el abrigo de Doña Clotilde y previamente en 1947, Teógenes Ortego descubría el conjunto de Bezas. Pero es en la década de los años 60-70 cuando Martín Almagro descubre y estudia los abrigos del Camino del Arrastradero y del Barranco del Pajarejo, yacimientos que pasan a engrosar el primer corpus del arte rupestre de la Sierra de Albarracín, publicado por Fernando Piñón en 1982.

A partir 1985, con el aumento de nuevas investigaciones, se dan a conocer los abrigos de Tormón (Abrigos de la Paridera y de las Cabras Blancas), en Albarracín (Abrigos del Toro Negro y de Lázaro) o en Frías de Albarracín (Cueva de la Peña de la Moratilla). Pero los hallazgos más sorprendentes y abundantes se han producido a partir de 1980, con más de una treintena de nuevos yacimientos con grabados rupestres al aire libre repartidos portoda la Sierra de Albarracín en lugares como La Masada de Ligros (Albarracín), Tramacastilla, Pozondón o Rodenas.

En el año 1998 fueron catalogados por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad dentro del título Arte rupestre del arco mediterráneo de la Península Ibérica.

Estilos y técnicas en las pinturas rupestres de Albarracín

Descartada por el momento la existencia de manifestaciones artísticas ligadas al Arte Paleolítico, en la Sierra de Albarracín se encuentran representados los dos estilos pictóricos prehistóricos más representativos de todo el Arco Mediterráneo: el Arte Levantino y el Arte Esquemático.

El Arte Levantino

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El Arte Levantino es una manifestación básicamente pictórica que se desarrolla al aire libre, en covachos o abrigos situados en las principales serranías del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, desde la estribaciones Sudbéticas hasta el Prepirineo oscense y que en Aragón se reparte por las principales cadenas montañosas, aunque los hallazgos se concentran en el río Vero, cerca de la Sierra de Guara, en Huesca; en el Bajo Aragón zaragozano y turolense; en el curso medio del río Martín; en el alto Guadalope; en el Maestrazgo turolense y en la Sierra de Albarracín. En dichos núcleos se han documentado hasta la fecha 63 estaciones con arte levantino.

El arte levantino se desarrolla en paneles pintados en las paredes de abrigos o covachos en los que se representan escenas de caza, cotidianas, rituales, de lucha, de iniciación o simplemente de fauna, en las que tanto el ser humano como los animales se representan con acentuado naturalismo y movimiento. El arte rupestre levantino se pinta en una variedad de colores minerales un tanto parca, con predominio del rojo y sus diferentes tonalidades, junto al negro, blanco o amarillo. Las pinturas se realizan mediante tintas planas, contorneadas o listadas, aplicándose éstas mediante plumas de ave, instrumento que caracteriza la técnica de ejecución y el trazo de este tipo de arte. El arte levantino de la Sierra de Albarracín, además de su soporte geológico, cuenta con algunos elementos que le diferencias de otros grupos. Uno de ellos es el predominio de ciervos, toros y caballos en las representaciones. El otro es el del gran tamaño de las mismas, en especial en el caso de los toros. El último elemento es el uso, casi exclusivo de este grupo, de la pintura blanca, hasta el punto de que en algunos abrigos es el color casi exclusivo (Toros del Navazo, Cabras Blancas).

El Arte Esquemático

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Frente al naturalismo del arte levantino, el esquemático es un nuevo estilo que se desarrolla -como el primero- en abrigos, pero también al aire libre y tanto en pintura como en grabado, aunque siempre utilizando en su iconografía símbolos y abstracciones y reduciendo a los animales y seres humanos a su mínima expresión conceptual. En este momento se representan círculos, cruciformes, espirales, serpentiformes, ramiformes, reticulados, puntos y barras, junto a zoomorfos y antropomorfos, motivos que manifiestan un lenguaje oculto tras unos códigos visuales que suponen la plasmación gráfica de un mundo espiritual y social mucho más complejo y elaborado que en épocas anteriores.

Al igual que en el arte levantino, los colores más utilizados son las diversas gamas de rojos, aunque también puede aparecer el negro o el amarillo, aplicados siempre con trazo simple y empleando diferentes tipos de pinceles o los dedos. Se da la circunstancia que el único abrigo pintado sobre soporte calizo de la Sierra de Albarracín, lo está en estilo esquemático, en la Cueva de la Peña de la Moratilla de Frías de Albarracín, donde también se encuentra la única escena ecuestre pintada. El número de estaciones pintadas esquemáticas es relativamente reducido, pero se encuentran presentes en todos los conjuntos, destacando por sus representaciones el abrigo del Medio Caballo, Figuras Amarillas y el de Doña Clotilde en Albarracín, junto a la ya citada cueva de la Peña de la Moratilla.

Las pinturas

Los principales abrigos que podemos contemplar son:

  • Roca de Fuente del Cabrerizo. Localizado en el barranco que lleva el mismo nombre. Las pinturas han sido identificadas como arte levantino y corresponden a las figuras de un ciervo y un caballo.
  • Roca del Arquero de Callejones Cerrados. Entre las muchas figuras de este sitio, destaca la de un arquero pintado en rojo en posición horizontal, que sostiene su arco. Otras figuras, como caballos y cabras montesas, están dibujadas en color blanco. Además podrás disfrutar de la calma de un jardín botánico y sacar impresionantes fotos desde un mirador.
  • Barranco de Pajarejo. Aquí podrás descubrir primeras aproximaciones del hombre a la actividad agrícola, y por ende, a las primeras formaciones sociales y su necesidad de asentarse.
  • Masada de Ligros. En esta sección, observarás las primeras aproximaciones humanas al ciclo artístico denominado esquemático, en el cual el hombre incluye en las pinturas los círculos, las formas geométricas y las líneas onduladas.

Acceso y visita

El acceso a esta serie de abrigos se realiza desde la localidad de Albarracín, donde a unos 4 kilómetros se encuentra el espacio protegido de los Pinares de Rodeno, donde se encuentran los abrigos.

Existen cuatro senderos que permiten la visita de los diferentes abrigos.

  • Sendero de la Fuente del Cabrerizo: Abrigo de la Fuente del Cabrerizo.
  • Sendero del Prado del Navazo: Abrigo de los Toros del Prado del Navazo, Abrigo del tío campano, Abrigo de Lázaro, Abrigo de los Cazadores del Navazo.
  • Sendero del Arrastradero: Abrigo de la Cocinilla del Obispo, Abrigo del Arquero de los Callejones Cerrados, Abrigo de los Dos Caballos, Abrigo del Medio Caballo y Covacha de las figuras amarillas, Abrigo del Ciervo, Abrigo de las Figuras Diversas.
  • Sendero de doña Clotilde: Abrigo de doña Clotilde.

Fotografías de Pinturas rupestres de Albarracín

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